jueves, 22 de enero de 2015

El viejo pueblo.


  En mis recuerdos de niño,
con el viejo pueblo sueño,
la iglesia, su campanario,
con sus callejas de piedras,
con su fuente, con sus caños,
con los amigos de antaño.
    Con la nieve que cubría
la torre del campanario,
con su nido de cigüeñas,
con los surcos de sus campos,
con los baños en el río,
con los felices veranos.
    Han pasado muchos años,
el tiempo pasa volando.
La niñez hemos perdido,
y el pueblecito soñado,
guarda en su seno el recuerdo
de las gentes que lo amaron.
    No existe ya el viejo pueblo,
sus gentes ya se marcharon,
pero las casas del pueblo
siguen teniendo su encanto,
y en sus callejas de piedras
mira el pueblo su pasado.
    El fantasma del silencio,
de los lugares lejanos,
de los amores perdidos,
de los quereres dejados,
en el tiempo transcurrido
del pasado ya lejano.
                                                                        A.R.M.

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