viernes, 14 de noviembre de 2014

Raíces.

   Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis a los que se le han sumado Alí Babá y sus cuarenta..., Juan Palomo, el Tempranillo, el Vivillo, el Pernales, Diego Corrientes y el Tragabuches, todos acompañados de sus correspondientes cuadrillas, se han abatido sobre nuestro País para convertirlo en una "esplendorosa desolación" por la que pululan toda suerte de calamidades que nos han condenado a la pobreza económica, política, social, ética y moral. El problema es que estas calamidades que azotan al pueblo, están todas relacionadas entre si. Esto ha creado un híbrido de sociedad a todas luces anormal y anacrónica con nuestra "sui generis" Democracia.
   La base de toda sociedad son sus clases medias. Son las que conducen al desarrollo y a la convivencia democrática. Pues bien, si analizamos con cierta rigurosidad, veremos que durante los últimos años de la Dictadura Franquista, en España empezó a surgir una especie de clase media que coadyuvó al desarrollo industrial y por tanto económico y social del País.
   Tras la muerte del Dictador, el País no tiene una clase media bien definida. Empezó a llegar a España gran cantidad de dinero. La clase media alta procedente del franquismo y las élites procedentes de la Dictadura junto con los nuevos partidos políticos del ámbito nacional, pactaron un Sistema Democrático sin el aprendizaje que toda Democracia conlleva: con sus libertades y sus límites tanto éticos como morales.
   Esta gran cantidad de dinero nos llegó sin "manual de uso" y ante este aluvión de riqueza nuestra joven democracia, o bien no supo qué hacer con él o se apropió de él aplicando el "todo para unos" y descartando al pueblo del suculento y necesario "maná" que no los iba a enriquecer pero sí para mantener su dignidad. Debido a esto, parte del dinero "se quedó en el camino hacia el desarrollo". Aparecieron los nuevos ricos sin que nadie se preguntara por el origen de esa riqueza. Las manipulaciones, el acaparar riqueza, el culto al dinero fácil y con este el poder. Con estas premisas, llegó la "cultura del pelotazo" y aparece la corrupción con su corte de corruptos y corruptores que invaden todas las estructuras del País y por tanto del Estado.
   Se miró para otro lado ante toda clase de delitos económicos contra la sociedad que quedó desprotegida ante tal avalancha de atropellos e injusticias cometidas por los que en teoría debían protegerlos.
   Nos han llovido cientos de miles de millones de euros procedentes de la UE para ayuda al desarrollo. Treinta años después, nos encontramos en la actual situación de pobreza y de paro. Nadie se hace responsable del despilfarro nacional. Pero creo que es hora de pedir responsabilidades y por tanto de encontrar responsables.
   Hemos tocado fondo y nos seguimos arrastrando por el cieno de la corrupción y la impunidad sin inmutarnos. La pregunta es muy simple:¿si estamos así puede ser que nos encontremos felices y contentos nadando en este fétido fango?

                                                                                            A.R.M.

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