viernes, 6 de marzo de 2015

Los iluminados V.

   Hubo un tiempo en que los estados creyeron que para mantener la unidad nacional, debían eliminar para existir, al resto de las culturas de los pueblos que componían el Estado-Nación. Craso error; ya que para mantener la estabilidad política y social del país, el Estado-Nación debe preservar, dar a conocer y desarrollar en igualdad de condiciones las diferentes culturas existentes dentro de la Nación. Si al contrario, el Estado mediante la opresión, la negación de la pluralidad nacional y la descalificación del sentimiento nacionalista, persistiera en el empeño de anular las culturas minoritarias, no hará nada más que despertar el nacionalismo dentro de los pueblos que, debido a su radicalismo intransigente y cerrado a todo diálogo se consideran oprimidos y avasallados en sus costumbres y en su cultura. Este sentimiento nacionalista, poco a poco se irá radicalizando y, todos sabemos muy bien que del radicalismo pasivo al radicalismo activo, sólo hay un paso.
   Para España, donde a la vuelta de cada esquina histórica acecha la tentación separatista y en la que asistimos a un silencioso golpe de estado de los grandes intereses económicos contra los intereses públicos, y donde casi nadie se atreve a hablar por la gente que no tiene voz, sólo una aceptación y la preservación de la raíces autóctonas de los distintos pueblos de España, daría una estabilidad política, económica y social definitiva a la convivencia nacional.
   España no es una, ni lo ha sido nunca. Es la variedad de sus pueblos unidos los que hacen España. Concebir España como una comunidad de pueblos. Aplicar sin temor a los pueblos el calificativo de nacionalidades, y no hacer del concepto de nacionalidad una idea exclusivamente política; sino una idea de armonía y de unión en la que cada pueblo aportó sus diferencias para hacer España. Es decir: crear entre todos un espacio común y al mismo tiempo crear en todos y en cada uno de nosotros una conciencia unitaria. Crear esa conciencia que sería España.

                                                                                                                   A.R.M.

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