lunes, 25 de enero de 2016

Efímera vida.

   Cuando pienso en el futuro,
me río de mi entereza.
Ayer joven aguerrido,
hoy anciano sin fuerza.
   No me falla la memoria,
ella en volandas me lleva,
y a la juventud dorada,
limpia, risueña regresa.
   Recuerdo con ilusión
por la tarde los paseos,
los sonrojos, las miradas,
los primeros escarceos.
   Pasa volando la vida,
por mi mente como un sueño,
desfila como un torrente,
de burbujas con el viento.
   Una sonrisa en mis labios,
dibuja el rostro sereno,
y un suspiro complaciente,
con fuerza sale del pecho.
    He llegado al precipicio,
corro para dar el salto,
cierro los ojos y pienso,
¡qué la vida vale tanto!

                                                                                                      A.R.M.
 

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