jueves, 28 de enero de 2016

El envite.

   Qué gran comedia vivimos,
ayer en el Parlamento.
Se jugaba una partida,
que nos dejó sin aliento.
   Las partidas que jugaban,
con las cartas en la mano,
evitaban los envites,
y se miraban los cuatro.
    Se jugaban la esperanza,
y el futuro de un País,
pero tanta inoperancia,
en jugadores jamás vi.
   El rey de espadas que es justo,
quiso cantar las cuarenta,
pero en el juego de cartas,
nadie aceptó su propuesta.
   Al final de la partida,
hubo principio de acuerdo,
pero un jugador novato,
no terminó muy contento.
    En las próximas partidas,
esperamos un acuerdo,
porque el pueblo soberano,
no quiere dejar de serlo.

                                                                                                          A.R.M.

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