lunes, 2 de febrero de 2015

A Bécquer.

    Te besé bajo el sol,
besé tus dulces labios,
bendita la ilusión
del acto de amarnos.
    Sin vivir en mi,
el fuego en tus labios,
en la roja herida
bebieron mis labios.
    Aquel feliz día,
era un día de mayo.
No sé qué pasó
te cogí la mano.
    Un dulce susurro
brotó de tus labios,
y yo te abracé,
quedaste en mis brazos.
    El silencio mudo
no rompió el encanto,
del momento dulce,
del rato hechizado.
    No dijimos nada,
sólo nos miramos
y otra vez unidos,
juntos nos besamos.
    ¡Qué bello el amor!
Sumisos tus labios,
sumiso tu cuerpo
te besé extasiado.
    Yo besé mil veces
tu cuerpo entregado,
y un sí, te quiero
brotó de tus labios.
    Eternas caricias,
temblor en las manos,
temblor en la boca,
temblor al besarnos.
    Bendita ilusión
que a ti me ha llevado,
bendito el momento
que juntos buscamos.
                                                                                                A.R.M.

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