martes, 10 de febrero de 2015

El bardo.

    Era un luminoso día,
el Sol, aunque relucía
un vientecillo corría
la mañana estaba fría.
    Una paz se respiraba,
bonita era la mañana
aunque el Sol no calentaba
en esta hora temprana.
    El campo ya se vestía,
color las flores tenían
y sus mejores vestidos,
con garbo bellas lucían.
    Seducido por el tiempo,
la mañana con su aliento,
mi memoria recordó
la fugacidad del viento.
    Canta el poeta un evento,
un canto a la libertad,
una oración, sufrimiento,
un tributo a la igualdad.
    Ya terminó la mañana,
la negra nube la enterró
y el canto del pobre bardo
al pueblo jamás llegó.
    Cantó al mundo sus poemas,
defendió la libertad,
su canto fue una plegaria
predicando la igualdad.
    Ya quedan pocos poetas,
se muere la sociedad,
ya no se escuchan los ruegos
ya no existe la piedad.
                                                                                       A.R.M.

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