domingo, 22 de febrero de 2015

Tormenta II.

   Había un fondo oscuro, de tormenta,
veía el horizonte, mudo, frío.
De pronto un resplandor, escalofrío,
¿por qué cambia la tarde si violenta?
   Se encrespa el mar, ruge como un gigante,
se escucha el eco del trueno terrible.
Navega el velero olas temibles,
su furia no teme el marino amante.
   El viento cruel sediento silbaba,
firmes las velas, crugía la ejarcia,
el bravo bajel las olas surcaba.
   No sufras mujer, no penes amada,
que yo te amaré allá en la distancia.
Suspira de amor y no temas nada.

                                                                                                      A.R.M.

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