martes, 24 de febrero de 2015

Tientos gitanos.

   Sale al tablao en la plaza,
contonea su figura.
Su traje negro de seda,
se mira en ella la Luna.
   Suena alegre la guitarra
cuando va por bulerías,
y la gitana la noche
la llena de brujería.
   Cómo baila, qué desplantes,
qué felina su mirada,
el fuego brota en su boca,
los senos le palpitaban.
   De su frenético ritmo
se escucha el eco en la plaza
y unas piernas de tormento,
a la guitarra acompañan.
   Un requiebro surca el aire
para ensalzar tu figura,
para soñar con tu baile
cuando quiebras tu cintura.
Quién pudiera enamorarse
de tu cuerpo de gitana,
de tus ojos, de tu pelo,
de tu "macarena" cara.
                                                                                           A.R.M.
   

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